Definitivamente, Francisco Barbosa necesita con urgencia que un profesional lo revise: tiene problemas mentales y no lo sabe.
Convencido de que jamás cumplirá su sueño optimista de ser presidente de Colombia, dedica ahora el tiempo oficial a contar chistes y mentiras.
Tambien, a presentar en Estados Unidos a Martha Mancera como su sucesora y heredera.
Y, desde luego, en impedir, como toda la ultraderecha, que el presidente Gustavo Petro pueda gobernar y, así, tener argumentos para acusarlo de no cumplir con su deber.
La más reciente mentira es tan disparatada, que los involucrados ni siquiera se toman un tiempo para desvirtuarla.
Que todos los grandes medios de información colombianos le haya hecho eco desde Washington solo significa que también están implicados en la campaña de desprestigio del Gobierno y en lo que, para los analistas, puede configurar un golpe de estado suave y lento contra Petro.
Según dijo Barbosa, el Gobierno de Estados Unidos respaldó el plan de que la corrupta Mancera se quede como fiscal temporal, mientras la Corte Suprema elige una en propiedad.
Fuentes de prensa en Bogotá lo dejaron en ridículo, cuando establecieron que ni hubo en Washington reuniones de “altísimo nivel”, ni ha habido pronunciamiento alguno sobre Mancera.
Según una fuente, funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo que la reunión, sin agenda, pues no estaba programada, con funcionarios de bajo nivel, fue solicitada de manera insistente por la pareja colombiana.
El funcionario dijo que en el Departamento de Justicia ni siquiera sabían quiénes era Barbosa y Mancera.
Sobre la reunión informó, la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
En su cuenta en la red X, la embajada dijo: La Fiscal General Adjunta interina Argentieri se reunió con el Fiscal General de Colombia Barbosa Delgado para discutir la importante colaboración para desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y agradecerle por su liderazgo desde 2020”.
Para nada se refieren a Mancera, mucho menos al apoyo del que Barbosa habló. La razón es que nada de eso es cierto.
De haber ofrecido apoyo a Mancera, Estados Unidos hubiera cometido injerencia ilegal en asuntos internos de Colombia, y, en los actuales tiempos, en que tienen estrechas relaciones con Petro, no se atreverían a hacerlo.
Además, Estados Unidos conoce los antecedentes de Mancera, traducidos en fotos con narcotraficantes, en reuniones festivas, y la manera como actuó en el caso de los funcionarios de la fiscalía vinculados a investigaciones criminales en Buenaventura.
Sobre la reunión, vale la pena destacar lo que dijo el canal RCN: “El fiscal Barbosa y la vicefiscal Mancera se reunieron con la cúpula del Departamento de Justicia de Estados Unidos, para hablar sobre su gestión en la lucha contra el narcotráfico”.