Nadie mejor que el exmagistrado y profesor de la Universidad Nacional Rodrigo Uprimny Yepes para centrar la idea del presidente Gustavo Petro de activar el poder constitucional.
Uprimny lo afirma con seguridad: Petro no quiere cambiar la Constitución, como argumenta la oposición, solo ha sido “ambiguo en sus expresiones”, y eso ha generado confusión y despertado alarmas.
“No, no, yo no creo, porque él ha dicho varias veces que no quiere. Esto no es para cambiar la Constitución, sino para que se cumpla plenamente”, y para ello “hacen falta una serie de reformas sociales para materializarla y en eso yo estaría de acuerdo”, explicó el jurista.
El problema radica en que, según Uprimny, “el presidente ha sido bastante ambiguo, porque ha utilizado varias expresiones y salta de una a otra sin clarificar”.
Una cosa es asamblea constituyente, que no será convocada; otra, poder constituyente, propuesta de Petro, y otra, reforma constitucional, algo que, según Uprimny, no es necesario para materializar los puntos señalados por el presidente.
Según el jurista, la tormenta actual se debe a que hay un enredo político fundamentado en un enredo conceptual.
Según explicó, “La noción de poder constituyente tiene tradición en la teoría constitucional de las democracias constitucionales y se refiere usualmente a un poder que no está regulado jurídicamente, que no tiene forma jurídica particular de expresarse, y que normalmente irrumpe en momentos de crisis y termina usualmente en la adopción de una nueva Constitución. Esa es la distinción clásica. Cuando (el presidente) emplea la expresión poder constituyente y habla de asamblea constituyente, la intuición inicial es que eso es para cambiar la Constitución”.
Uprimny ve, sin embargo, un problema de orden práctico.
“Creo que en un Estado grande, complejo, diverso, como es el Estado colombiano o los Estados modernos, una democracia directa permanente, en donde el pueblo se esté expresando de manera permanente y tomando todas las decisiones, es un imposible fáctico”, admitió el exmagistrado. “Eso lo reconoció incluso Rousseau, que fue el gran teórico de la democracia directa, cuando dijo que está solo podía ser aplicada en pequeñas comunidades, pero no en grandes Estados”.
Luego, se refirió a las reformas sociales que “más o menos” están en el espíritu de la Constitución y que no se han materializado, y que son a las que Petro propone darles forma y llevar a la realidad.
“(Son, entre otras) la reforma agraria, la reforma pensional, la reforma educativa, los ajustes al sistema de salud… Todo eso que ha planteado el Gobierno y yo creo que en esa necesidad de reformas tiene razón, pero yo no creo que para eso hay que recurrir a un concepto que genera todas esas oposiciones y temores de que va a invocar asambleas populares para finalmente perpetuarse en el poder”, complementa Uprimny.
Finalmente, abogó por un acuerdo nacional, aunque precisó que “es muy difícil, pero es absolutamente necesario, porque eso es lo que permite calmar los ánimos”.