El de Bogotá está resultando un metro demasiado largo, sin que los ciudadanos se den cuenta.
De que lo ignoren se ha encargado, entre otros, la vendehumo y mentirosa exalcaldesa Claudia Nayibe López Hernández.
La realidad es que el intercambiador de la calle 72 con avenida Caracas, donde se enlazarán las dos líneas del sistema, tiene un avance de 49,6 por ciento. El contrato dice que, el 15 de enero de 2024, debió ser 75 por ciento.
El retraso es tan significativo, que el gerente de la Empresa Metro de Bogotá, Leonidas Narváez, reclamó al consorcio chino Metro Línea 1 S.A.S. por el proceso de ejecución de la Primera Línea del Metro Bogotá (PLMB).
El consorcio aceptó que hay retrasos, aunque señaló que su prioridad “es y será el cumplimiento de los hitos y la fecha de entrada en operación del metro para la ciudadanía”.
Pero, tal como está la obra, Bogotá no tendrá metro en marzo de 2028, como lo establece el contrato.
Cuando entregó el cargo, la exalcaldesa López dijo que dejaba el proyecto andando correctamente, y calló sobre los retrasos.
Al respecto, el exconcejal Luis Carlos Flórez, señaló que López “quiso meterle a Bogotá la gran mentira de que el minimetro de Peñalosa (Enrique, controvertido exalcalde de Bogotá) iba viento en popa”.
“Por fortuna, primero cae un mentiroso”, agregó Flórez. “Los hechos nos dan la razón a los que alertamos sobre atrasos”.
El atraso no solo afecta al intercambiador de la calle 72, sino a todo el sistema, puesto que la excalcaldesa incumplió su promesa electoral de adjudicar y contratar la segunda línea.
El reclamo del gerente Narváez al consorcio chino está en una carta en la que expresa su profunda preocupación y su descontento por el avance de la obra, y señala desviaciones y deficiencias que podrían poner en riesgo la obtención de resultados del metro que esperan todos los bogotanos.
Además, agrega, la interventoría reveló que las acciones preventivas no han sido implementadas adecuadamente por la actual línea de mando.
“Desde diciembre notamos que hay dificultades estructurales en la empresa que requieren que sean modificadas para mantener el buen ritmo”, dice Narváez, y añade que “este es el contrato del sueño a los bogotanos y la obra de infraestructura más importante de América Latina y el país”.
El gerente exige al consorcio un cambio drástico en la dirección del proyecto, solicitando un gerente general con experiencia en proyectos metro-ferroviarios, dominio del español y capacidad de toma de decisiones.
El incumplimiento chino
Estos son algunos incumplimientos del consorcio constructor, que lidera la firma China Harbour Engineering Company (Chec), lo que, en concepto de observadores, podría significar que no tendría la capacidad para ejecutarlo, por lo menos no dentro de los tiempos estipulados.
Según Leland Lazarus, director asociado de seguridad nacional en el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida, citado por el medio Infobae, ciertas empresas chinas, entre las que se incluye CHEC, se han visto confrontadas con acusaciones relacionadas con daños ambientales, actos de corrupción y demoras en proyectos en distintas regiones:
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Después de siete años sin avances significativos en la construcción de un ferrocarril de vía estándar (SGR), Uganda reemplazó esta empresa.
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En 2020, la nueva ciudad portuaria de Colombo (Sri Lanka), a cargo de la CHEC, fue declarada como un elefante blanco.
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Bolivia, Costa Rica, Honduras y Jamaica han expuesto numerosas críticas que abarcan el uso de materiales de baja calidad.
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La Empresa Metro de Bogotá ya multó con más de 800 millones de pesos al consorcio chino (conformado por CHEC y Xi’An Metro) a mediados de 2023 por incumplir plazos en la entrega de estudios y diseños preliminares.