El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla González, acató la sugerencia del presidente Gustavo Petro y renunció al cargo, para evitar que lo despedacen “por ser leal al programa de Gobierno”.
En breve carta a Petro, ausente en Uruguay, Bonilla dijo que espera convencer a la fiscalía de que no compró silencios ni votos de congresistas ni cupos indicativos ni cometió delito alguno en provecho personal.
Dijo que deja las finanzas del país en buen estado y que la estabilidad fiscal se mantiene a pesar de las circunstancias internas y externas, y que confía en que al terminar el Gobierno haya más inclusión y menos desigualdad.
En un mensaje en la red social X, Petro le había sugerido a Bonilla renunciar, en medio de rumores originados en comentarios de una funcionaria subalterna del ministro, según los cuáles el ministro estaría involucrado en el escándalo de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (Ungrd).
Petro hizo un alto elogio de la integridad y calidades moral e intelectual de Bonilla, y reafirmó su criterio de que quienes atacan al ministro son los mismos que pretenden derribar el Gobierno mediante un golpe de Estado blando.
“Espero por tanto la renuncia de un gran compañero y profesor honesto, el doctor Ricardo Bonilla, secretario de Hacienda de Bogotá Humana, que la dejó en su mejor momento financiero, y gran ministro de Hacienda, que sacó a Colombia de la recesión por el sobre endeudamiento que dejó Duque (Iván)”, escribió Petro. “Espero su renuncia, porque ahora debe dedicarse a su defensa sin mancha de usar el poder en su defensa”.
Explicó que la furiosa persecución contra Bonilla tiene origen en el hecho de que se abstuvo de entregar a los congresistas los llamados cupos indicativos, eufemismo que significa dinero del pueblo para que los políticos destinen a lo que les parezca, incluida la compra de votos y votantes que los elijan.
Bonilla no entregó los cupos indicativos, por orden de Petro desde el comienzo de su Gobierno, pues fue él quien los denunció cuando era Congresista.
“No es un invento de hoy, y no solo es un delito, sino que es el mismísimo sistema político de Colombia”, explicó Petro en X. “No hay congresista si no compra votos en las regiones, excepto los que apelan a la opinión libre de la ciudadanía; y sin congresistas no hay leyes).
Según Petro, ese sistema de entregar dinero de contratos dirigidos, “ha servido a narcos y asesinos en el poder que generan genocidios”.
De acuerdo con Petro, el colombiano es un sistema en el que los justos van a la cárcel o a la muerte, los asesinos a sus haciendas lujosas a vivir tranquilos a pesar de la sangre, y así se vuelven algunos los hombres más ricos del país.
“Yo mismo descubrí y denuncié esa práctica clandestina a toda Colombia siendo parlamentario libre, en el gobierno de Andrés Pastrana, siendo ministro de hacienda Juan Manuel Santos”, recordó, y agregó que “ningún juez condenó la práctica; el delito del poder quedó impune (…)El Fiscal General había entregado la fiscalía al peor crimen de todos: el paramilitarismo narcotraficante, que alguna prensa presentaba como los héroes de la patria, que mataban humildes, líderes y los odiados revolucionarios”.
Petro denunció que los congresistas le han dicho a Bonilla que si no entrega auxilios a la comisión interparlamentaria de crédito público, “no hay créditos para pagar la deuda".
De esa manera, previó el presidente, los congresistas esperan que, sin ley de financiamiento, haya colapso económico, “para darle fuerza al golpe, que buscan porque no quiero ser presidente de los ricos, sino de la gente sencilla que estudia y que trabaja y que tiene sueños y no mata ni traquetea y que es la mayoría de Colombia”.
“Quieren un golpe para que vuelva un gobierno como el de Duque y no uno de los jóvenes de los barrios, de los trabajadores de las fábricas y de los campesinos”, escribió el mandatario.