Poco a poco, los diferentes actores armados de la guerra que se desató en el Catatumbo, entre el Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las extintas Farc, se dan cuenta que es más viable la paz y la desmovilización que la guerra y la muerte.
Desde el pasado 16 de enero, la crisis humanitaria en la región del Catatumbo, Norte de Santander, deja decenas de muertos y miles de desplazados.
En medio de los combates de las Farc y el Eln, está la población civil. Muchas de estas personas, han tenido que dejar sus hogares y familias para refugiarse en los cascos urbanos de las ciudades, huyendo de la violencia.
En un acto de coherencia política con el panorama en el Catatumbo, el presidente Gustavo Petro declaró el Estado de Conmoción Interior, con el fin de tener recursos y capacidades para poder devolver la tranquilidad a la región y a sus pobladores.
El ministerio de defensa, en cabeza de Iván Velásquez Gómez, ya ha desplegado más de 9.500 tropas en toda la región con el fin de, primero, proteger a la población, y segundo, iniciar la ofensiva contra los grupos armados que se disputan el territorio fronterizo con Venezuela.
A pesar del poderío y despliegue militar hecho por el Estado Colombiano, el presidente Petro deja siempre la puerta abierta a la paz. Es por esto que suspendió y no acabó con los diálogos de paz con el Eln. También, ha dado la posibilidad del sometimiento a la justicia a todos aquellos combatientes del Eln y del Bloque Magdalena Medio (o Frente 33), de las Farc, extintas.
El 22 de enero, los primeros ocho integrantes del Frente 33 de las Farc decidieron apostar a la paz y entregarse al Ejército en zona rural de Tibú, Norte de Santander.
El 23 de enero, en El Tarra, Norte de Santander, otros cinco miembros del Bloque Magdalena Medio, voluntariamente pidieron resguardo al Ejército desplegado en esa zona. Se protegieron en el Cantón Militar San Jorge de Cúcuta.
Ese mismo día, según el Mindefensa, se extrajeron seis integrantes más, en el municipio de Las Mercedes, Sardinata. Esto, junto con todas las operaciones daba un total de 35 personas desmovilizadas.
El 25 de enero, el Ejército Nacional confirmó una de las desmovilizaciones más grandes desde 2016. Un total de 84 personas del Frente 33 decidieron someterse a la justicia y volver a la legalidad. Su desmovilización sumó 58 armas entregadas, 80 granadas y 1.000 kilogramos de explosivos.
Ahora que la población del Catatumbo se encuentra segura, se espera que el Ejército comience la ofensiva contra los grupos ilegales, lo que, irremediablemente, dejaría más muertos. Aún así, el mensaje de paz del presidente, apoyando la desmovilización es claro.
“A todos los integrantes del frente del Magdalena Medio que lo deseen y de acuerdo a la ley, se les garantiza sus DDHH y su ubicación en la sociedad para construir una vida como constructores de vida y paz”: dijo el presidente.