Proteger la vida de Juan Guillermo Monsalve, testigo clave en el proceso contra Álvaro Uribe Vélez al que han pretendido asesinar en la cárcel, parece ser la causa de la furia del sindicado expresidente contra el senador Iván Cepeda Castro.
Así lo admite el propio Cepeda en un mensaje que publicó en su cuenta de la red social, en el que expone a Uribe como fabricante de falsos testimonios, calumniador e injuriador, y propiciador ante la Justicia “de un desfile de narcotraficantes y paramilitares”, para que lo favorezcan en el proceso criminal por soborno, soborno a testigos y fraude procesal, que puede llevar a la cárcel al expresidente.
Las afirmaciones de Cepeda coincidieron con la actuación como testigo de Monsalve, hijo del antiguo administrador de la finca Guacharacas, entre Yolombó y San Roque (Ant), donde, en 1978, cuando era propiedad de la familia Uribe Vélez, al parecer fue fundado un grupo paramilitar conocido como Los 12 Apóstoles y que derivó en los siniestros Bloque Metro y Convivir El Cóndor.
El texto del posteo del senador Cepeda y principal testigo en el proceso contra Uribe, dice:
“El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha decidido trasladar la controversia judicial a la opinión pública, a través de una larga alocución hecha en redes sociales.
"Dado que lanza afirmaciones calumniosas e injuriosas en mi contra, me veo en la necesidad de responder para controvertir algunas de sus más significativas falacias.
"Lo primero es decir que a pesar de su relación vergonzosa con los clanes familiares de los Villegas Uribe y de los Gallón Henao, a Álvaro Uribe no le queda otra solución que reconocer que él y su hermano Santiago eran patriarcas en San Roque, Antioquia, cuando surgió el grupo paramilitar que terminó siendo el Bloque Metro y la Convivir El Cóndor.
"Tanto con los hermanos Gallón Henao como con los hermanos Villegas Uribe la relación de los Uribe Vélez es incontrovertible.
"Los Gallón son un clan de narcotraficantes y paramilitares con los cuales los Uribe tuvieron relación de amistad y comercial.
"Los Villegas Uribe también se convirtieron en un clan en el que Luis Alberto Villegas terminó siendo líder paramilitar y narcotraficante.
"Álvaro Uribe ha reconocido esa relación a medias y con vergüenza. En tono quejumbroso Uribe admite que la justicia no le cree.
"Lo único que eso demuestra es que la investigación penal ha ido descubriendo una por una las mentiras y falsificaciones que han construido junto a sus intermediarios como Diego Cadena y Wilser Molina, verdaderos fabricantes de falsos testimonios que han sido encomendados y determinados por el expresidente.
"Uribe también se queja de que los sobornos económicos -no sólo ofrecidos, sino entregados- por el abogángster no han sido validados como ayuda humanitaria.
"Pero cuando fueron entregados al paramilitar Carlos Enrique Vélez, por ejemplo, negó tener conocimiento de ellos y ha buscado culpar a Cadena por eso sobornos, y lavarse las manos diciendo que a él nunca se le informó la entrega de esos dineros ofrecidos a cambio de testimonios falsos en mi contra.
"En realidad, la furia que suscitan mis gestiones para proteger la vida de Monsalve parecen provenir del hecho de que se ha impedido que se le asesine.
"Quien ha propiciado un desfile de narcotraficantes y paramilitares ante la justicia -muchos de ellos asociados al Bloque Metro o a la llamada Oficina de Envigado- como testigos favorables a las mentiras en mi contra, ha sido el expresidente Álvaro Uribe.
"Él ha fungido como líder de un gigantesco aparato del falso testimonio.
"A todas estas falsificaciones de la realidad, el expresidente Uribe agregó una que parece provenir de una comedia barata: la acusación de que en la audiencia de ayer, yo le habría hecho una “seña numérica” a Deyanira Gómez para indicarle el número de reuniones que ella y yo sostuvimos. Una mentira pueril.
"En mi testimonio, que fue público, mencioné que Deyanira y yo sostuvimos tres reuniones. Desde la lógica truculenta que ha animado su ejercicio público eso es lo que le va quedando. Maniobras torpes, cierto, pero comprensibles: cuando se tiene una mala defensa no queda otra salida que ensayar mentiras burdas".