La extrema derecha continuó negando toda iniciativa del Gobierno en favor del pueblo, y los senadores del Centro Democrático (CD), de Álvaro Uribe, y de Cambio Radical (CR), de Germán Vargas Lleras, abandonaron el recinto del Senado cuando se votó la reforma política, que fue descartada por segunda vez.
La falta de cuórum para decidir hundió una idea de la alianza Pacto Histórico (soporte del presidente Gustavo Petro), que viene desde 2022, y que buscaba la financiación estatal al ciento por ciento de las campañas políticas y gestionar normas para que otorgar y negar personerías jurídicas.
El primer proyecto fue archivado por el Pacto Histórico, debido a que las bancadas de oposición incluyeron artículos engañosos (micos, se les dice en Colombia), para impedir que la reforma política cumpliera su cometido.
Esta vez, el punto clave de la reforma buscaba reordenar el sistema de elección del Consejo Nacional Electoral (CNE) y sus poderes y facultades.
El CNE investiga inconstitucionalmente al presidente Petro por supuestas violaciones de los topes financieros de las campañas electorales.
Los senadores del CD y de CR, junto con otros calificados de malditos por Petro abandonaron la sesión plenaria en la que la reforma se discutiría en el punto 11 del orden del día, y el cuórum decisorio se agotó, razón por la cual el proyecto quedó eliminado.
Fue la cuarta reforma profunda que el Congreso le niega al Gobierno.
Primero fue la relacionada con la educación, que garantizaba el derecho fundamental a educarse. Fue hundida en 2024, luego de que las bancadas de oposición, impidieran que se debatiera y votara el proyecto durante una semana.
El 11 de diciembre, el congreso descartó la reforma tributaria. Este golpe bajo contra el gobierno, desfinancia las obras sociales que se buscan para el pueblo. Además, amenaza el presupuesto general de la nación para 2025.
En abril de 2024, la Comisión Séptima del Senado, atestó el golpe más funesto: saboteó la reforma a la salud. Nueve senadores, contra cinco, hundieron el proyecto que reestructura el sistema de salud nacional, priorizando la vida de los colombianos antes que los intereses de entes corruptos y mal administrados, como las EPS.
Actualmente, el gobierno avanza con la discusión de la reforma a la salud, en una nueva versión, pero se mantiene el riesgo de que las bancadas de la extrema derecha asesten un nuevo golpe al pueblo.
La jornada en el Senado fue inusual. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, estuvo presente desde el comienzo, pero tuvo que salir del recinto para enfrentar a más de 50 congresistas que radicaron una proposición que buscaba aplazar la discusión de la reforma a la salud.
El ministro tuvo que intervenir, y en su defensa a la iniciativa sostuvo que el gobierno no pensaba ‘pupitrear’ la reforma a la salud e hizo un llamado para avanzar en la discusión.
“Es el deber y la responsabilidad del Congreso”, dijo. “Proponer la derogatoria del decreto de sesiones extraordinarias es lo más exótico que he visto en tres décadas de vida parlamentaria; nço demos esa imagen al país”.
Mientras tanto en el Senado la agenda legislativa avanzó de manera irregular, aprobándose proyectos fuera de orden, incluidos los puntos 10, 17 y 23, mientras se postergaba la discusión de la reforma política que estaba en el punto 11.
El regreso del ministro al Senado permitió retomar el debate en el punto 7 de la agenda, pero el ambiente no era el mismo. Poco quedaba de la agilidad con que se habían aprobado los primeros proyectos, y uno a uno se fueron yendo los senadores que iban dejando vacío el recinto para así diluir el cuórum.
“Lo que sucedió hoy es lamentable, porque prácticamente la mesa directiva mató por asfixia una reforma política que es absolutamente indispensable para el país (…)”, dijo el ministro a periodistas al salir del Senado. “He liderado varias reformas políticas, me estoy volviendo experto en hundimiento de reformas políticas, pero no hay que cejar en este empeño de reformar el sistema político colombiano.