Todo lo que hayan dicho y digan de la derecha colombiana se queda corto ante la realidad.
Sus miembros son capaces de lo que sea, para hacerse notar y descalificar a quien sea.
Por estos días, en las redes sociales y en las noticias de la prensa hegemónica, líderes de medio pelo, que tienen sitios en las redes sociales, pretenden desacreditar a Gustavo Bolívar, por su nombramiento como director del Departamento de Prosperidad Social (DPS).
Insidiosos, los bodegueros del uribismo preguntan por los antecedentes académicos de Bolívar y le critican el hecho de que sea bachiller, sin título académico alguno.
Como si para desempeñarse en altos cargos del Estado colombiano fuera indispensable haber ido a una universidad.
Pero, la derecha es así: prefiere que los altos funcionaarios engan muchos títulos académicos y que se roben los dineros del Estado o propongan formar comandos paramilitares en Bogotá, o se alíen con narcotraficantes, antes que personas honradas que, para llegar a donde han llegado, solo sean bachilleres.
Si tener grado universitario fuera necesario para desempeñarse en ciertos cargos, posiblemente Julio Cesar Turbay Ayala no hubiera sido siquiera alcalde de Girardot. Ser concejal de Usme, en 1936, hubiera sido su último escalop2n como burócrata.
Sin embargo, fue presidente de Colombia, y nadie le reclamó por el hecho de ser únicamente bachiller.
Que se le recuerde como violador de los derechos humanos de miles de colombianos y haya recortado casi todas las libertades individuales con su infame Estatuto de Seguridad, nada tiene que ver con su preparación académica.
Que a sus 35 años se haya casado con su Nidya, su sobrina de 15, tampoco tiene relación alguna con el hecho de que no haya pisado una universidad. Tampoco, que sea el abuelo de Miguel Uribe Turbay, recalcitrante derechista.
El más destacado estadista que ha producido Colombia fue el expresidente Alberto Lleras Camargo. Richard Nixon dijo de él que fue uno de los estadistas más importantes de Latinoamérica, y Jacqueline Kennedy lo calificó como el más brillante presidente que trató en América Latina. Y no se tiene certeza de si terminó siquiera el bachillerato.
Vale preguntar si todos los políticos del Centro Democrático, del partido de la U o de Cambio Radical están plagados de títulos académicos. Quizás la respuesta deje más dudas de lo que se pueda imaginar.
Y, en tales casos, que de seguro serán muchos, ninguno de los críticos de Bolívar dice nada.