En Hamas, nadie, en ningún sentido, estaba por encima de Ismail Haniyeh. Simplemente era el líder general, a pesar de que su actividad era política, no militar.
En las actividades militares de Hamas, que tienen a Palestina a punto de sucumbir como sociedad, bajo permanente ataque israelí, Haniyeh solo tuvo una participación marginal.
Pero no importaba. Desde 1980, cuando se enroló en Hamas, era Haniyeh y punto. Por ello, su muerte ha dejado al ejército palestino Hamas al borde del abismo moral.
De 62 años, Haniyeh murió en un ataque israelí a primera hora de la mañana del miércoles en Irán.
Como jefe de su oficina política con sede en Qatar, Haniyeh dirigió la labor de Hamas ante los gobiernos regionales y fue fundamental para su alianza con Teherán y sus grupos aliados en Oriente Medio.
Buscado por espías israelíes hasta bajo las piedras del desierto, por recomendación de su servicio de seguridad, Haniyeh evitó hace pocas semanas viajar a Líbano, en medio de temores de ser atacado.
Sin mayores compromisos militares, puede haberse sentido libre de actuar con más libertad que la mayoría de sus colegas, como se puede deducir de sus tres viajes a Irán desde los ataques de Hamas a Israel el 7 de octubre.
Su asesinato, porque eso fue su muerte, deja a Hamas en una posición muy frágil y ante la probable ruptura en facciones, motivada por las aspiraciones de poder de los líderes, varios de ellos enemigos irreconciliables.
Haniyeh enfrentaba la posibilidad de ser reemplazado en 2025, pues la Constitución de Hamas establece que cualquier jefe de la oficina política no puede cumplir más de dos mandatos en el cargo.
Y esa posibilidad es ahora una realidad que puede llevar a que Hamas pase a la historia como una organización político-militar palestina más.
Los diplomáticos árabes veían en Haniyeh a un líder pragmático, en comparación con sus compañeros de la dirigencia, que impulsaba el acercamiento político de Hamas a los gobiernos regionales, en oposición a las opciones militantes favorecidas por Mohammed Deif y otros líderes.
Deif lidera el ala militar de Hamás. A principios de este mes, Israel dijo que había atacado a Deif en bombardeos aéreos mortales en Gaza, pero no ha habido confirmación de su muerte. Entonces, un dirigente del movimiento dijo a la BBC: “Hamás es una idea, Hamás es una ideología. Y el asesinato del líder no cambiará a Hamás, y no hará que Hamás se rinda ni haga más concesiones".
Sin embargo, pese a esas palabras que parecen descartar la idea de tensión dentro del movimiento, el obligado proceso de sucesión podría ser largo y caótico, definido por las rivalidades entre los que están ansiosos por alcanzar un acuerdo negociado para la guerra y los elementos extremistas más estrechamente aliados con Irán.
Porque esas tensiones en la dirigencia del movimiento existen y se fortalecen. El director de la CIA, Bill Burns, dijo recientemente que han surgido tensiones entre algunos altos comandantes, que han estado instando a los líderes del grupo a mostrar más flexibilidad en las negociaciones y aceptar un acuerdo de alto el fuego con rehenes.
Sin embargo, la ira por la muerte de Haniyeh (y el asesinato en enero de su adjunto Saleh al-Arouri) probablemente pongan a la línea dura en la vanguardia de las pugnas por el poder.
En el verano de 2023, un funcionario de Hamás identificó a Yahya Sinwar y al-Arouri como los dos principales candidatos para reemplazar a Haniyeh. Pero, antes del asesinato, otro líder señaló que ahora hay tres líderes aspirantes, y que en breve se conocerán sus nombres.
El candidato más probable es Sinwar. Es el jefe del grupo en la Franja de Gaza y se cree que es el cerebro detrás de los ataques del 7 de octubre en Israel que mataron a 1.200 personas y provocaron el conflicto actual.
Sinwar es el que toma las decisiones clave sobre cómo Hamas lleva adelante el conflicto en curso y se dice que está escondido en la red de túneles de Hamas debajo de Gaza.
Se dice que Yahya Sinwar, del Estado Palestino, está entre los favoritos para hacerse cargo del buró político.
Khaled Meshaal es otro fuerte candidato. Es ampliamente visto como un candidato menos militante que Sinwar, y anteriormente se desempeñó como jefe del buró político. Sin embargo, tiene relaciones difíciles con Irán, ahora el aliado clave y proveedor del ala militar de Hamas.
Durante el apogeo de la guerra civil siria, Meshaal, que entonces vivía en Damasco, se negó a apoyar al presidente Bashar al-Assad, respaldado por Irán, y a su régimen. El fracaso obligó a Hamás a trasladar su oficina política a Qatar.
El último candidato potencial es Zaher Jabareen, responsable de los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes. Podría desempeñar un papel clave en las negociaciones en curso sobre el intercambio de prisioneros con Israel.
De cualquier manera, es casi seguro que la contienda se prolongará.
En circunstancias normales, la oficina política de Hamás es elegida por el Consejo de la Shura, cuyos miembros son elegidos por los grupos de los consejos locales. El organismo elige entonces a la oficina política de 15 personas, que eligen a un líder.
Pero los miembros de la oficina política están dispersos por todo Oriente Medio y sus representantes viven en el exilio en Turquía y Qatar, lo que hace difícil reunirlos con poca antelación.
Muchos también están en las listas de personas buscadas por Israel, lo que puede hacer que algunos se muestren reacios a viajar.
La realidad, mientras tanto, es que la muerte de Haniyeh es un gran golpe para Hamás.