Si el mundo esperaba un cese el fuego entre Israel y los palestinos de Hamas, tendrá que olvidarse de ello… o al menos esperar un tiempo largo más.
Hamás decidió que, el reemplazo del asesinado Ismail Haniya, es Yahia Sinwar. Ante el a veces moderado y consecuente Haniya, Sinwar es una especia de cobra, pantera, zorra y águila arpía juntas.
Baste con decir que fue el ideado y ejecutor del Diluvio de Al Aqsa, el asalto sorpresa de combatientes de Hamás que dio comienzo a la actual situación de guerra, en el que mataron a unos 1 200 israelíes y se llevaron unos 250 rehenes, la mitad de los cuales, posiblemente muertos, aún permanece en poder de Hamas.
Desde hace casi un año, salvo uno o dos mensajeros, nadie, ni los altos mandos de Hamas, sabe dónde está Sinwar, dueño ahora de todo el poder de la organización, pues, a su liderazgo militar, suma el político, que detentaba Haniya.
La elección de Sinwar es un golpe durísimo a la pretensión de lograr un pronto cese el fuego, que se alentaba en los países del Golfo Pérsico, en especial en Qatar, donde Haniya vivía.
Hoy, con Sinwar, el futuro inmediato de una eventual negociación se aleja del Golfo y se acerca a Irán, enemigo jurado de Israel y con una venganza pendiente: la de Haniya, asesinado en un refugio de Teherán, donde dialogaba con el Gobierno en busca de acercamientos con Israel.
Sinwar es un viejo conocido de Israel, puesto que pasó 23 de sus 61 años en sus cárceles, hasta cuando fue liberado, junto con otros 1 000 presos, a cambio de Guilad Shalit, un soldado israelí capturado hacía cinco años por Hamás.
Porque lo conoce, Israel no lo quiere vivo.
Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, dijo que “solo hay un sitio para Sinwar y es junto a Mohamed Deif y el resto de los terroristas del 7 de octubre (asesinados por Israel). Es el único sitio que le preparamos y le tenemos reservado.
Y el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, no se quedó atrás: “(La elección de Sinwar por Hamas) es otro motivo convincente para eliminarlo rápidamente y barrer esta vil organización de la faz de la tierra”, dijo.
Israel parece no olvidar que hace solo un año Sinwar se paseaba abiertamente por las calles de Gaza, y que en una oportunidad dijo: “Llegaremos a vosotros, con la ayuda de Dios, en un diluvio rugiente. Llegaremos a vosotros con innumerables cohetes, con innumerables soldados. Llegaremos a vosotros con millones de nuestra nación, marea tras marea”.
Solo que, esa vez, Israel creyó que era solo una bravuconada más de Sinwar y de Hamas. Pero la realidad del ataque confirmó las palabras.
Pese al gran poder que ahora tiene, Sinwar está solo. Además de Haniya, Israel dijo también haber ejecutado a otro gran líder de Hamas, Mohamed Dief, del ala militar. Según Israel, murió en un bombardeo en el que también mató a 100 civiles.
El Gobierno de Tel Aviv dice que igualmente está muerto el tercero en el mando, Marwan Issa, asesinado con otra poderosa explosión que se llevó a decenas de civiles por delante.
Pero, pese a su soledad, tiene ahora todo el poder de Hamas, y puede privilegiar la acción militar sobre la política. Ha sido su papel en la organización, aunque controlada por Haniya y los moderados que están en el exilio en los emiratos y en Irán.
La rama política en el exilio (Qatar, Líbano…) mantenía una tensa relación con el liderazgo de la Franja de Gaza, en manos de Sinwar, que tiene enemistad personal con Jaled Meshaal, uno de los nombres que sonaban con más fuerza como sustituto de Haniya. La elección del primero sobre el segundo convierte las dos ramas casi en indistinguibles. Sinwar ejecutó a palestinos por cooperar con el enemigo israelí y vivió de la facción armada.