Estados Unidos eliminará a Cuba de una lista de países patrocinadores del terrorismo, anunciaron fuentes del gobierno del presidente Joe Biden, en medida que recibió el inmediato reconocimiento por parte del presidente colombiano Gustavo Petro.
El mandatario colombiano felicitó a Biden, por la decisión.
La decisión es parte de un acuerdo que se espera libere a los manifestantes encarcelados durante una amplia represión de 2021 por parte del gobierno comunista de Cuba.
La decisión de Biden es la última de una serie de decisiones ambientales, de inmigración y de política exterior adoptadas en los últimos días de su presidencia antes de que el presidente electo Donald J. Trump regrese a la Casa Blanca.
La eliminación de Cuba normalmente generaría expectativas de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.
Pero la decisión de Biden es solo la última de una serie de enfoques contradictorios de diferentes gobiernos estadounidenses hacia Cuba.
El gobierno de Barak Obama tomó la decisión de eliminar a Cuba de la lista, pero días antes de que Trump dejara el cargo en 2021, su gobierno volvió a colocar a Cuba en ella.
La medida de Biden podría ayudar a la maltrecha economía cubana.
Los principales bancos habían dejado de hacer negocios con Cuba porque era demasiado complicado asegurarse de que el país cumpliera todos los requisitos para hacer negocios allí legalmente.
No está claro si Trump revertirá la decisión de Biden.
Los funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato para adelantar la acción de Biden, dijeron que Estados Unidos estaba eliminando a Cuba de la lista como parte de un esfuerzo, impulsado por la Iglesia Católica, para liberar a los manifestantes encarcelados.
Fueron detenidos después de que el gobierno impusiera una brutal represión tras una de las mayores manifestaciones en Cuba desde que el gobierno comunista tomó el poder hace aproximadamente seis décadas, por parte de manifestantes enojados por la espiral de declive económico del país.
Grupos de derechos humanos dicen que algunos de los arrestados durante y después de las protestas han sido torturados y que muchos han sido condenados a largas penas de prisión tras juicios injustos.
Muchos expertos han criticado durante mucho tiempo la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
“El estatuto que crea la lista de terroristas especifica que se debe brindar apoyo material a los terroristas o albergar a terroristas que participan activamente en el terrorismo mientras se les está dando refugio”, dijo William LeoGrande, experto en Cuba de la American University. “Cuba simplemente no ha hecho esas cosas”.
Varios fugitivos estadounidenses residen en Cuba, pero no deberían contarse porque eran estadounidenses, estuvieron involucrados en actos de violencia con motivaciones políticas en Estados Unidos y no eran terroristas internacionales, dijo Leogrande.
Petro felicita a Biden
Luego de conocerse la decisión estadounidense, el presidente Petro la celebró y felicitó a Biden, por evolucionar en los acercamientos con países latinoamericanos.
"Levantar bloqueos, así sea parcialmente, es un gran avance", tuiteó el presidente colombiano.
Como parte de las medidas, Biden está revirtiendo varias restricciones establecidas durante el primer mandado de Trump, por lo que es probable que el presidente electo las reimponga en su nueva llegada al poder.
Para Cuba, esta última movida del gobierno Biden significaría un margen de maniobra mientras lucha contra una crisis económica paralizante.
Las medidas que Biden quiere levantar incluyen notificar al Congreso los planes para levangtar la designación de Cuba como Estaado parocinador del Terrorismo y deshacer un decreto de Trump que había restringido algunas transacciones financieras con algunos militares y cubanos vinculados al Gobierno, según aclaró un funcionario de alto rango.
Biden también iba a suspender la potestad de usar los tribunales estadounidenses para hacer reclamaciones por propiedades confiscadas en Cuba tras la revolución de 1959, dijo el funcionario.
Las medidas estaban relacionadas con la esperada liberación por parte de Cuba de un número "significativo" de presos políticos, tras conversaciones del Gobierno comunista con la Iglesia Católica.