Bielorrusia, el espinoso nido donde China incuba la III Guerra Mundial

Aleksánder Lukashenko, dictador de Bielorrusia y, por ahora, buscador de pleitos bélicos en Europa.

Hace una semana, a cinco kilómetros de Polonia (y de la Unión Europea y de la Otan), los tiros y explosiones resuenan cada vez más duro… y más cerca.

Los disparan miles de soldados chinos que llegaron hasta Bielorrusia a participar en maniobras militares conjuntas y a reforzar la imagen de Alexánder Lukashenko, como líder de una Europa imposible.

Porque, de no ser por la Otan, Europa no podría existir como patio de maniobras de rusos y de chinos, que consideran que solo a ellos les corresponde decidir lo que allí ocurra, y, en especial, en Polonia, lugar de paso de cuantos pueblos han ido y venido entre Europa y Asia.

El comienzo de la III Guerra Mundial en Polonia es una posibilidad tan cercana, que bastará con que un misil ruso estalle cerca de su frontera con Ucrania, o uno chino, ahí, muy cerca, en su frontera con Bielorrusia, para que comiencen los tiros.

Pero, ni la guerra en Ucrania ni los ejercicios militares en Bielorrusia son las únicas posibilidades de encender el primer cerillo.

Hay otras circunstancias, igualmente poderosas, que impiden que el rescoldo de la hoguera bélica se apague.

Bielorrusia es el principal centro de distribución de mercancías chinas en Europa, y Polonia, la principal estación férrea de paso.

Fiel a los mandatos de la Otan desde Bruselas, Polonia estableció fuertes restricciones a la entrada de mercancías, y en Varsovia, su capital, los gobernantes tienen los pelos de punta por la actividad de tropas chinas a pocas cuadras de la frontera.

Con las restricciones, traducidas en controles muy minuciosos a todas las mercancías, del lado bielorruso se han formado enormes filas de camiones y trenes en espera de esos controles polacos.

A ello se añade el temor bielorruso de que, en el momento menos esperado, los polacos decidas impedir el paso de vehículos por sus carreteras y carrileras.

Ese sería otro casus belli o motivo de guerra.

En la pequeña Małaszewicze (este), de unos 4.000 habitantes, está uno de los principales nudos ferroviarios internacionales de Europa y, con un volumen de tráfico superior a los 82.000 contenedores anuales (cifra que se ha doblado durante cuatro años consecutivos), es el punto de entrada en la Unión Europea de la mayoría de los trenes de mercancías chinos.

Allí, basta mover una palanca, y las carrileras dejan de operar.

Mientras tanto, China presiona al dictador bielorruso Alexánder Lukashenko, para que procure solucionar los problemas que tiene con Polonia, pues el comercio chino se está perjudicando de manera notable.

Bielorrusia depende fuertemente de las inversiones chinas, y según el diario polaco Gazeta Prawna han tenido lugar varias reuniones entre los gobiernos de ambos países para encontrar una solución urgente.

Por otro lado, la situación no es mucho mejor para los ciudadanos bielorrusos que tratan de entrar en Polonia y que, ahora mismo, solo pueden usar el cruce de Terespol-Brest, donde las colas y los trámites hacen necesario esperar hasta 35 horas, como explicó a los medios polacos Aleś Zarembiuk, presidente de la fundación "Casa Bielorrusa" de Varsovia.

El ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, dejó claro que su país exige que Bielorrusia ponga fin a la "guerra híbrida" en la cual empuja a miles de inmigrantes a tratar de entrar ilegalmente en Polonia, la liberación de los presos políticos de etnia polaca que hay en Bielorrusia, como Andrzej Poczobut, y que se entregue al responsable de la muerte de un soldado polaco apuñalado en la frontera bielorrusa en junio.

Desde 2020 Varsovia acusa a Minsk de auspiciar una "guerra híbrida" fronteriza en la que el régimen bielorruso organiza rutas de migración ilegal masiva con el objetivo de desestabilizar la zona y que ha llevado a Polonia a construir un muro de 400 kilómetros y a mantener un contingente militar de 6.000 soldados y varios miles más de policías y guardias fronterizos.

Hasta ahora la respuesta de Lukashenko se ha limitado a lo que llamó "una amnistía parcial humanitaria", que en la práctica se tradujo en la excarcelación de tres mujeres que estaban gravemente enfermas, pero se cree que puede haber aún más de 1.400 personas encarceladas por motivos políticos en Bielorrusia.

El presidente bielorruso descartó, por otra parte, cualquier medida encaminada a controlar el flujo de migración ilegal hacia Polonia.

"No tengo intención de dar órdenes de que se vigile la frontera entre Bielorrusia y Polonia; habéis decidido estrangularnos y encima nos pedís que os 'protejamos' de esta pobre gente", dijo Lukashenko hace unos días.

En este contexto, las maniobras conjuntas sino-bielorrusas, que comenzaron hace una semana, y las imágenes de miles de soldados chinos a pocos kilómetros de la frontera polaca, han hecho saltar las alarmas en el país del Vístula y han dado una nueva dimensión a lo que hasta ahora se consideraba un conflicto bilateral.

Los líderes de Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, recientemente pidieron a la Unión Europea la creación de un sistema de defensa europeo y "medidas extraordinarias" en la frontera con Bielorrusia, como dedicar fondos al fortalecimiento de los medios, tanto militares como logísticos, de sus fronteras con un vecino al que consideran impredecible y que cada vez se muestra más agresivo.

Mientras se valora esta petición, el Gobierno polaco ya ha anunciado que destacará un nuevo contingente militar de 2.000 soldados a la frontera y que en agosto se creará un cuerpo de 9.000 reservistas que deberán estar listos para actuar en menos de 48 horas.

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Polonia, el General Wieslaw Kukula, declaró el miércoles que su país debe prepararse "para un conflicto a gran escala, no un conflicto de tipo asimétrico", como el existente hasta ahora.

Siguenos

Lo más leido

Animal Político

Bogotá - Colombia
Dirección:    Helena Sánchez
Edición:       Orlando Gamboa
Producción: Sebastián Quintero

Información

Contacto

(+57) 3150585858
(+57) 3162663088
(+57) 3017683667
denuncie@animalpolitico.co