Por Dr. Polito
Si la oposición comienza a tibiar la idea del golpe de estado, de obligar al mandatario a renunciar, o del juicio político, es porque alguien ha perdido privilegios y teme seguir perdiéndolos.
No hay otras razones de peso.
Es lo que ocurre en Colombia, donde, incluso avivatos que poco o nada han perdido, asumen la vocería de los que sí, y alientan al relevo de Gustavo Petro.
Primero, en sus clubes hacen comentarios sotto voce, que ganan en volumen en sus medios de comunicación; luego, animan a todos los despistados de las redes sociales a que presionen en busca de desprestigiar a Petro, y finalmente se animan a hablar de golpe.
Para entonces, alianzas siempre inverosímiles, entre ultras de un costado y ultras del otro, se pactan y hacen sólidas, sin importar que mi socio de hoy era mi ultra acérrimo enemigo radical de ayer. Al fin yal cabo, es ley eso de que los extremos se tocan.
Las castas o las élites o las gentes de bien, que son las mismas y se hacen llamar así, en Colombia han perdido el más grande de los privilegios: el de gobernar a los demás, que basaban en el derecho divino. Eso, queridos aristócratas, burgueses y oligarcas, se les acabó para siempre, aunque no lo parezca.
Desde luego, ustedes lo saben, como saben que cada vez tendrán menos acceso a ese Jardín de las Delicias del tesoro público, de donde, en los últimos tiempos, ustedes robaban ¡60 billones de pesos anuales! ¡Sesenta billones de pesos!, con los que hicieron fortunas hasta quedar ahítos de dinero, y financiaron sus campañas.
Y tendrán menos dinero para hacerse elegir, porque cada vez habrá menos cocaína exportada. Y lo saben a cabalidad, porque llevan las cuentas: solo en el primer año de Petro, decomisó 605 toneladas de clorhidrato de cocaína, por 92 billones de pesos.
Que durante todo 2023, la meta de 834 toneladas decomisadas no se haya cumplido, no significa que los políticos corruptos de la gente de bien, que son todos. no estén iracundos: no tendrán dinero para gastos de campaña y tendrán que imitar a sus rivales que hoy están en el poder, y hacer campaña a pie,calle a calle, vereda a vereda, pueblo a pueblo.
Les queda una posibilidad grande de revertir el proceso actual, y a ella le están apostando doble a sencillo: con el mascarón de proa del golpe de estado o de la renuncia forzada, ocultan lo que en verdad les causa emociones orgásmicas: reanudar la guerra.
Porque la guerra es para todos ellos su mejor negocio: trafican con lo que sea, roban lo que ven, se apoderan de las tierras de los pobres y los campesinos indefensos, especulan… Y sin disparar un tiro. Para eso está la plebe, uniformada por un lado, patalsuelo, por el otro, que matará y morirá.
Por eso, ponen a sus lacayos a hablar de tomarse a la fuerza la Casa de Nariño y el Capitolio. Saben que habrá resistencia popular, y que no será a gritos.
Por eso, mejor ni lo intenten, porque con sus trucos y malabares, sus ring ring, corre, corre; sus berridos y furumingas, solo están alertando a todos los que respaldan a Petro, que son millones.
Y, mejor, que sigan creyendo que son solo dos o tres terroristas, como los llaman ustedes desde sus medios y desde las redes sociales manipuladas.
Pero, si no están convencidos de la realidad, solo inténtenlo.
Entonces, se darán cuenta de que con sus acciones de ayer y hoy, solo estuvieron tejiendo las sogas con las que serán ahorcados, como dijo ya saben muy bien quién.
En serio, inténtenlo, ¡cabrones!