El presidente Gustavo Petro reiteró su llamamiento a una revolución universal que permita derrocar la oligarquía global que se opone a salvar el mundo y patrocina guerras como la hecatombe genocida de Palestina.
Petro habló ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde, dijo, solo escuchan y acatan a los líderes que tienen poder de destrucción.
“Por eso no nos escuchan cuando votamos que se detenga en genocidio de Gaza, aunque seamos la mayoría de los presidentes del mundo y representantes de la mayor parte de la humanidad”, dijo Petro. “A esos países no nos escuchan”.
Luego, agregó: "En este recinto, la capacidad de comunicación de un presidente depende de la cantidad de dólares que tenga en su presupuesto, de la cantidad que tenga de aviones de guerra y en la capacidad que tenga su país de destrucción sobre la humanidad".
Petro invitó a los pueblos a unirse en “el mayor ejército de todos los tiempos, compuestos de guerreros y guerreras de la vida”, para defender el medio ambiente de la avaricia de las oligarquías globales.
Ese ejército “no tendrá las armas de la oligarquía global, no tendrá armas nucleares, ni tendrá el dinero o el poder de destrozar a los niños, pero tendrá el mayor poder de todos: el de una humanidad unida que no se dejará quitar su existencia en el planeta”, explicó.
Aseguró que la gente del común y los pueblos permitirán desarrollar nuevos liderazgos, que permitirá derrocar la oligarquía global y se construirá una democracia global.
Posteriormente, hizo referencia al número de víctimas civiles menores de edad que han dejado los bombardeos de Israel en esa región del mundo.
"Hace un año pedí una conferencia de paz por Palestina, hoy tenemos 20.000 niños asesinados y los presidentes de los países de la destrucción humana se ríen en estos pasillos con ayuda del poder de comunicación de los medios que están en propiedad de grandes capitales”, recordó el mandatario.
“(...) El pueblo de Dios no es el pueblo de Israel ni los Estados Unidos, el pueblo elegido de Dios es la humanidad, los niños de Gaza. Están matando al pueblo elegido de Dios", señaló, y
lanzó duras críticas a Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, a quien calificó como un "criminal".
"Es un héroe para el 1 por ciento de la humanidad, porque es capaz de mostrar que los pueblos se destruyen bajo las bombas", dijo.
"Ese 1 por ciento más rico de la humanidad, la poderosa oligarquía global es la que permite que se tiren bombas a las mujeres, ancianos y niños de Gaza, del Líbano o de Sudán. O se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio como Cuba o como Venezuela, porque necesitan mostrar su poder de destrucción al 99 por ciento restante de la humanidad para que los dejen seguir dirigiendo el poder del mundo y apropiándose y acumulando cada vez más su riqueza", agregó.
Después dijo que “ya no hay más tiempo, los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida. Hoy hay que escoger si es la vida o la codicia. Si es la humanidad o es el capital. No puedo más que decirle a los pueblos del mundo, desde la voz débil de un país sin armas de destrucción masiva y sin dólares —pero hermoso por su diversidad cultural, el país de la belleza—, que ya no es la hora de los gobiernos, sino la hora de los pueblos. El tiempo ya se acabó. O levantamos la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios”, enfatizó el jefe de Estado en la ONU.
Así, hizo un llamado a detener la contaminación ambiental: “El capital fósil no puede seguir. Los pueblos deben detenerlo. El veneno arrojado en la atmósfera es fatal y las chimeneas que lo emiten deben detenerse”.
Dijo que: “cuando muera Gaza, morirá la humanidad entera”, y pronosticó que “una nueva historia está por comenzar”, dijo Petro al cierre de su discurso de 18 minutos.