La Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (Fema, siglas de inglés) de Estados Unidos no atendió el 70 por ciento de las llamadas de auxilio por la creciente del río Guadalupe en Texas (133 muertos, 170 desaparecidos, 851 heridos)… porque, por orden presidencial, habían despedido a todos los empleados que recibían las llamada
Según el diario The New York Times, la responsable Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional (DHS), la misma que mintió sobre un diálogo con el presidente colombiano Gustavo Petro.
La agencia despidió a los contratistas el 5 de julio después de que sus contratos expiraran y no fueran prorrogados Noem, quien ha instituido un nuevo requisito según el cual ella debe aprobar personalmente los gastos superiores a 100.000 dólares, no renovó los contratos hasta el jueves, cinco días después de que vencieran.
Los detalles sobre las llamadas no atendidas el 6 de julio se conocen en momentos en que Fema se enfrenta a un intenso escrutinio debido a su respuesta a las inundaciones de Texas. La agencia, que el presidente Donald Trump ha pedido eliminar, ha tardado en activar los quipos que coordinan la respuesta a las emergencias y los de búsqueda y rescate.
El 5 de julio, cuando las aguas empezaban a retroceder, Fema recibió 3027 llamadas de supervivientes del desastre y respondió a 3018, es decir, aproximadamente el 99,7 por ciento, según muestran los documentos. Contratistas de cuatro empresas de centros de llamadas contestaron a la gran mayoría de las llamadas.
Esa noche, sin embargo, Noem no renovó los contratos con las cuatro empresas y cientos de contratistas fueron despedidos.
Al día siguiente, el 6 de julio, Fema recibió 2363 llamadas y respondió a 846, es decir, aproximadamente el 35,8 por ciento, según los documentos. Y el lunes 7 de julio, la agencia recibió 16.419 llamadas y respondió a 2613, es decir, alrededor del 15,9 por ciento, de acuerdo con los documentos.
Algunos funcionarios de Fema se sintieron frustrados por el error con los contratos y porque a Noem le estaba tomando días actuar. “Todavía no tenemos una decisión, liberación o firma de la secretaria del DHS”, escribió un funcionario de Fema en un correo electrónico del 8 de julio a sus colegas.
Los representantes de dos de las empresas con contratos de centros de llamadas, General Dynamics Information Technology y Maximus, redirigieron las solicitudes de comentarios a Fema. Los representantes de las otras dos empresas, ITCON y TTEC, no respondieron a dichas solicitudes.
“Responder a menos de la mitad de las consultas es bastante horrible”, dijo Jeffrey Schlegelmilch, quien dirige el Centro Nacional de Preparación para Desastres de la Universidad de Columbia.
“Ponte en la piel de un superviviente: lo has perdido todo, intentas averiguar qué está asegurado y qué no, y navegas por múltiples programas de ayuda”, dijo Schlegelmilch. “Uno de los servicios más importantes en la recuperación tras un desastre es poder llamar a alguien y que te guíe a través de estos procesos y trámites”.
Los legisladores demócratas expresaron el viernes su preocupación por el hecho de que la insistencia de Noem en aprobar gastos superiores a 100.000 dólares hubiera retrasado también el despliegue de equipos de búsqueda y rescate de Fema en Texas. En carta a David Richardson, administrador en funciones de Fema, los demócratas del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes escribieron que Noem no autorizó el despliegue de esos equipos hasta el 7 de julio, tres días después de que comenzaran las inundaciones.
Richardson, que no tiene experiencia en la gestión de emergencias, no ha hecho ninguna aparición pública desde su nombramiento el 8 de mayo, lo que rompe con una larga tradición de dirigentes de Fema que se reúnen con funcionarios locales tras desastres.
Aunque Trump ha hablado de eliminar Fema desde que asumió el cargo, funcionarios de la Casa Blanca han expresado su deseo de replantear la agencia. Trump y otros miembros de su gobierno han indicado que quieren transferir más responsabilidad —y costos— a los estados.