Si algo tiene claro el Gobierno de Gustavo Petro para el norte de Cauca es que no permitirá invadir más tierras privadas.
Para ello, adelanta un proceso de paz que incluye a todos los actores, legales e ilegales, de un conflicto socia que llevan más de 200 años y que cada día se agrava.
Así lo reiteró la ministra de Agricultura, Jhenifer María Sindei Mojica Flórez, en un afán por suavizar protestas de terratenientes de la región.
Para los propietarios actuales, en su mayoría industriales, los indios son invasores; para los indios, los invasores son los hoy propietarios.
La zona es un polvorín, con indios, negros y campesinos pobres que ocupan tierras ajenas y asumen vías de hecho constantes, como la quema de maquinaria agrícola.
También está el narcotráfico, que genera problemas de seguridad. Allí están involucrados los carteles mexicanos del tráfico de drogas.
Pero, hay un factor adicional, cuya resolución es vital: el conflicto entre indios y negros.
Es una situación históricas de siglos, que se traduce en la acción de los indios, que reclaman como suyas las tierras planas, para cultivar.
Hoy, ocupan las partes altas de las cordilleras occidental y central, que limitan con zonas de reserva, a donde los desplazaron los invasores blancos y los esclavistas, primero, y los cultivadores de caña de azúcar, después.
En acciones que llaman de recuperación, hace unos 18 años, los indios invadieron la hacienda La Emperatriz.
Hoy, indios, negros y blancos tienen invadidas más de 5,000 hectáreas, según Martha Betancourt, directora de la Asociación Colombiana de Productores y Proveedores de Caña de Azúcar (Procaña), el sector productivo más afectado.
Desde hace algunos meses, las invasiones comenzaron a afectar a cultivadores de palma y arroz, y ganaderos del sur del vecino Valle del Cauca.
Según la ministra, hay un factor ilegal clave en el conflicto: el narcotráfico, “que aceita la maquinaria de la delincuencia”, que también invade y genera problemas graves de seguridad.
“Cualquiera que viva en el norte del Cauca, independientemente de su papel, sabe que urge una solución de paz, que hay que dejar aparte el narcotráfico y los carteles mexicanos que están allá. Esa es otra pelea”, advirtió Mojica.
Pero, dijo, “puedo asegurar que, a cada acción de intento de invasión, ha habido una reacción inmediata de la Fuerza Pública”, y se han recuperado tierras.
“Queremos avanzar en la construcción de alternativas económicas y productivas para todas las comunidades y en la política de reforma agraria, que le baje la presión a este territorio”, explicó la ministra. “Hay que dar una solución integral, con inversión pública.
Esa solución pasa por negociar con todos los actores, incluso los ilegales, según los planes del Gobierno.
En palabras de la ministra, “muchos quieren lo que estamos construyendo: un acuerdo de paz real, no con los actores ilegales; con estos y con todos para construir soluciones concertadas y de convivencia ciudadana. Y en eso el Estado ha dicho tenemos que responder a todos, a los negros, a los indígenas de todos los sectores, a los campesinos por igual, a los industriales, porque obviamente nos interesa el sector productivo”.