Son repugnantes. Rechazado hasta para los mismos negros que dice representar en el Congreso, el uno, objeto de burla diaria de millones de colombianos, el otro.
A Polo Polo no lo quieren ni sus supuestos electores. Al otro, lo detestan en todas partes, incluso en la Cámara de Representantes.
Hace poco, un periodista propuso comparar a Benkos Biohó con Polo Polo.
Un alto dirigente negro se limitó a señalar la lucha de Biohó por la dignidad de los negros colombianos, y a preguntar, con burla, por cuál dignidad actúa Miguel Abraham Polo Polo, y cambió de tema.
El otro, el tal Jonathan Ferney Pulido Hernández, se hace llamar Jota P, con p de pendejo, debe ser, es alguien incoherente, tan imbécil que se ahorca con su propia lengua.
Hace algún tiempo, escribió en una red social: “Lo que yo no entiendo es cómo es que este señor (Gustavo Petro) una sola ‘pinta’, una sola muda de ropa le vale más de 4 millones de pesos”.
Y, recientemente, en un debate, miles de frecuentadores de las redes sociales descubrieron a Jota P luciendo unos tenis Balenciaga que valen entre 4 y 5 millones de pesos.
Ese sí es mucho pendejo. Jota Pendejo, ni más ni menos.