Acumuló y manejó tanto poder durante los pocos meses que acompañó a Donald Trump en el Gobierno, que muchos sectores lo llamaron copresidente de Estados Unidos.
De un momento a otro, ahora el archimillonario Elon Musk, que como asesor presidencial especial se dedicó a recortar el presupuesto y la burocracia del Gobierno, dijo estar decepcionado de las políticas de Trump y lo dejó solo para irse a retomar el control de sus empresas: quiere llegar a Marte.
A través de su cuenta de X, red social de su propiedad, el magnate Elon Musk informó que deja su cargo como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge, por sus siglas en inglés), desde donde despidió a miles de empleados oficiales y cerró instituciones de profundo arraigo.
Su salida, marca el final de un turbulento capítulo que generó numerosos litigios y un rosario interminable de quejas jurídicas. AHora, a través de su empresa SpaceX, se dedicará a llegar a Marte, ante nueve intentos fallidos, de numerosas denuncias de acoso laboral, maltrato y jornadas extenuantes, además de 600 accidentes laborales en solo nueve años.
Inicialmente, Musk, sudafricano, planteó la ambiciosa meta de recortar dos billones de dólares del presupuesto federal. Con el paso del tiempo, aquedó solo en 150 mil millones de dólares.
La renuncia de Musk se produce pocos días después de declarar su decepción con el plan actual, ya que, según su perspectiva, "debilita" el trabajo que llevó a cabo para ayudar al presidente a disminuir el gasto gubernamental.
"Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gasto", expresó Musk a la prensa, y afirmó que el proyecto propuesto por Trump "no solo no reduce, sino que aumenta el déficit presupuestario".
De hecho, las proyecciones apuntan a que la iniciativa del mandatario podría incrementar el déficit, es decir la brecha entre los ingresos y los egresos del gobierno, en unos 600 mil millones de dólares durante el próximo año fiscal.
Estas declaraciones de Musk dejan en evidencia las tensiones internas que atraviesa el Partido Republicano en torno a los planes fiscales y presupuestarios de la administración Trump, los cuales han generado divisiones incluso dentro de la Cámara de Representantes.
La propuesta legislativa busca renovar los recortes tributarios implementados en 2017, que están próximos a expirar. Además, contempla nuevas asignaciones para el sector defensa y la financiación de deportaciones masivas, como parte de la agenda migratoria de Trump.
Otro aspecto clave del proyecto es el aumento del techo de la deuda a cuatro billones de dólares, lo que permitiría al gobierno seguir solicitando préstamos para cubrir sus compromisos financieros.
Durante la campaña electoral que resultó en la victoria de Trump frente a Kamala Harris, Musk respaldó al candidato republicano con aportes superiores a los 250 millones de dólares.