El inefable presidente argentino, Javier Milei, destituyó a su ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, porque en la ONU, junto a otros 187 países, ella votó contra la continuidad del infame embargo de Estados Unidos a Cuba.
El embargo tiene ya 66 años y Argentina siempre se ha opuesto a que continúe.
El empresario Gerardo Werthein, embajador de Argentina en Estados Unidos, será el nuevo responsable de la política exterior argentina.
Mondino había tenido cortocircuitos previos con Milei, pero la decisión que motivó su expulsión fue el voto de Argentina en Naciones Unidas contra el embargo.
El Gobierno ultraderechista anunció que Mondino será reemplazada por Werthein, cercano al presidente y a su hermana y secretaria de la Presidencia, Karina Milei.
La Asamblea de la ONU volvió a aprobar una nueva resolución de condena al embargo estadounidense a la isla caribeña con el apoyo de 187 países.
Los únicos votos en contra fueron de Estados Unidos e Israel.
Debido al alineamiento de Milei con ambos países, se esperaba que Argentina cambiase de bando por primera vez y votase con ellos.
No sucedió así y Argentina mantuvo su postura histórica en contra del embargo, una decisión que le costó la cabeza a Mondino.
La resolución de Naciones Unidas, que no es de cumplimiento obligatorio, critica el impacto “inhumano” de las sanciones vigentes y apela al respeto por la soberanía y el derecho a un desarrollo económico independiente.
La Presidencia argentina se refirió al relevo en un comunicado según el cual ese país “se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales”.
La primera reacción pública de Milei fue en la misma dirección. El jefe de Estado retuiteó un mensaje de la diputada Sabrina Ajmechet en el que se expresaba “orgullosa de un Gobierno que no banca ni es cómplice de dictadores”.
El comunicado oficial destaca también la necesidad de que el cuerpo diplomático argentino “refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”.
Como parte de ese giro político, Milei instruyó semanas atrás a todos los diplomáticos argentinos a oponerse a la Agenda 2030 de desarrollo sostenible en los foros internacionales, aunque en este punto su agenda no coincidió con Estados Unidos, que la defiende.
Esta vez, Milei lanzó una fuerte advertencia contra quienes se nieguen a acatar la nueva doctrina y anticipó que “el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría al personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.
Analistas consideran que la excanciller votó buscando beneficiar a Argentina en el futuro, cuando necesitará todos los votos posibles cuando intente reclamar sus derechos sobre las islas Malvinas, actualmente posesión británica.