El Tribunal Superior de Cundinamarca le dio un golpe devastador al ego desmedido del exfiscal general de la Nación Francisco Roberto Barbosa Delgado.
En un fallo de 14 páginas, el tribunal le ordenó a la Fiscalía General de la Nación retirar todas las polémicas placas conmemorativas que el exfiscal Barbosa, en actitud de desaforada egolatría, instaló exaltando su labor en la entidad, de la cual salió en enero en medio de repudio nacional por el nivel de corrupción, soberbia y egolatría que demostró durante su muy cuestionada gestión de cuatro años.
En la ponencia del magistrado Moisés Rodrigo Mazabel, se empezó por recoger dos demandas para así, juntas, analizar la acción de cumplimiento que interpusieron los ciudadanos Felipe Cardona y José Miguel Aristizábal, y por otro lado Tatiana Pineda, quienes pidieron que el ente acusador cumpliera con los decidido en el Decreto 2759 de 1997.
¿De qué trata esa norma? De las prohibiciones que tienen los funcionarios públicos para, con el erario del Estado, ordenar "la colocación de placas o leyendas o la erección de monumentos destinados a recordar la participación de los funcionarios en ejercicio, en la construcción de obras públicas, a menos que así lo disponga una ley del Congreso".
Partiendo de ello, una de las demandantes recogió en su escrito una investigación del medio La Silla Vacía en la que informaron de la instalación de placas de la Fiscalía en Tunja, Boyacá; en San José del Guaviare, Guaviare; y en Neiva, Pitalito y La Plata, Huila, en las que se hizo un reconocimiento a la gestión y mejora de infraestructuras adelantadas por el fiscal Francisco Barbosa.
En Tunja, por ejemplo, la placa hacía reconocimiento de Barbosa por la remodelación de los baños de las oficinas de la Fiscalía.