Es la lucha de clases, ¡estúpidos!
Lucha de clases que, si los periodistas sigue atizando la candela, podría desembocar en una guerra civil. Lo enseña la historia, que ustedes, los escribidores de noticias y comentarios, ignoran.
Prefieren cerrar los ojos ante las consecuencias de su propio invento y creer que la narrativa del progresismo es cuento chino.
Lo que sucede, periodistas, es la puja entre los que todo lo tienen y los que, como muchos de ustedes, a veces, incluso lo que llevan puesto les es ajeno.
Que a los periodistas de los medios hegemónicos la estupidez no les permita entender nada, no es su culpa. Los formaron para no entender y, como consecuencia, para no cuestionar.
Son periodistas hechos a la medida de las necesidades laborales de los medios, ansiosos por disponer de escribidores abyectos que solo hagan lo que les ordenan, y como les ordenen.
Esta es la razón por la cual, en todos los medios tradicionales, el discurso que escriben o recitan dice que exigirles a los burócratas de la Corta de Justicia (antes, Corte), que cumplan con su deber, es una presión indebida.
También les hacen escribir y decir que el presidente Gustavo Petro es unas veces Lucifer; otras, Rasputín, y el resto, Lucifer en el cuerpo de Rasputín.
Pobres tontos pobres, esos periodistas que, de un momento a otro, dejaron la neutralidad para convertirse en opinadores de lo bueno y de lo malo y críticos del sí y del no.
Se entiende: tienen que comer, y si les pagan por escribir babosadas, pues las escriben y las repiten ante micrófonos y cámaras, con la soberbia que nunca tienen para decirles no a sus jefes y patronos.
Jamás entenderán estos implumes pichones de cernícalo, que el asunto de la tardanza en la escogencia de una Fiscal General de la Nación es, desde luego, una acción bélica de la clase de los ricos y poderosos y dueños de todo, en su lucha contra la clase de los desposeídos y soñadores de un futuro diferente, de los pobres, de los humillados, de los marginados.
Y es una lástima, porque con cada palabra que escriban en diarios y revistas o digan en estaciónes de radio y de televisión, estos escribidores automáticos están apuñalándose ellos mismos y alargando la agonía de sus familias, pobres y necesitadas, también.
Da pesar que no entiendan que, más allá de la elección de una fiscal para reemplazar a la corrupta que quedó, el asunto es el enfrentamiento entre un capitalismo democrático, progresista y humanista, que propone Petro, y el statu quo del crecimiento económico neoliberal, autoritario, fascista, violento y, en especial, corrupto, de los mafiosos que se adueñaron del Estado.
No es otra, la realidad. Y se llama lucha de clases. ¿Es tan difícil de entender, señores y señoras que trabajan en las redacciones?
¿Por qué no entienden que, eso con lo que se llenan la boca, el golpe blando, jamás será blando?
Como están las cosas, hay millones de colombianos con Petro. No importa que ustedes no lo crean. Sus patronos, sí. Y por eso los estimulan a ustedes para que hablen de ello. Les interesa la guerra. Necesitan la guerra.
Al fin y al cabo, ellos, sus amos y patronos, siempre se han beneficiado de las guerras. Sus riquezas están olorosas a sangre inocente, a miles de muertos y heridos, a centenares de miles de desplazados.
Y con el dinero de esas riquezas les pagan a ustedes.
(Explicación de lo que es un golpe blando: https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=lqv3_kjyBM4)
Esa guerra será la lucha de quienes pretenden que los pobres tengan algo más que su miseria eterna, y los que se oponen a ello, incluso con la guerra, como Colombia lo ha vivido durante tantos años y como lo anticipa el ultrafascista ‘Pacho’ Santos.
Es oportuna una pregunta: periodistas colombianos, en caso de que, como lo han escrito y repetido muchas veces en los últimos días, hubiera una guerra civil, ¿qué hará cada uno de ustedes, a cuál bando se unirá?
Porque cuando suenen los tiros, todos ustedes tendrán que tomar partido. No será posible eso de “seré neutral, porque soy periodista”. No habrá de eso…
Se puede suponer que algunos serán neutrales y se dedicarán (eso tampoco será posible) a informar de manera equilibrada de la guerra civil.
Pero, entonces, ¿por qué no son neutrales ahora, cuando, con cada palabra en favor de la Corta de Justicia y de la oposición, escalan la polarización partidista e, idiotas útiles, exacerban los ánimos y estimulan la violencia?
Es probable que, algunos de ustedes, ‘valientes’, ‘decididos’, intenten difundir las noticias de la guerra. Pero, ¿cómo, dónde?, si sus patronos estarán en Miami, a donde irán en patota, anticipándose al primer disparo, y acá no habrán dejado ni el rastro.
Porque quienes promueven las guerras nunca las pelean.
Para eso está el pueblo. Siempre ha estado. Siempre ha puesto los muertos, los desplazados, las víctimas.
O, acaso, ¿esperan ver al fascista Santos, fusil, casco y mochila listos, salir a combatir en la primera línea del frente?
Además de estúpidos, qué ilusos son, si así han pensado.
¡Ay!, periodistas colombianos (Los de los medios hegemónicos, claro…) No sean tan pendejos ni crean que los demás son tan pendejos como ustedes.
No sigan ignorando lo que les corre pierna arriba…