
Beijing
China es hoy una especie de destazadero de militares de alto rango, y el presidente Xi Jinping, el encargado de las simbólicas ejecuciones.
En las últimas semanas han rodado cabezas de generales del más alto nivel. La más reciente fue la de He Weidong, el segundo general de mayor rango, profundamente implicado en la planificación de una hipotética invasión a la rebelde Taiwan.