
Tomado de noticias.perfil.com
En el arranque del 2019 Javier Milei tomó una drástica decisión. Como todo lo que venía pasando desde que murió su "hijo" de cuatro patas, más de un año antes, no había sido premeditada. Pero había llegado el punto en que su departamento en el Abasto había quedado chico para los cinco clones del mastín inglés, que llegan a pesar 100 kilos, que había encargado en un laboratorio de Estados Unidos.
Entonces hizo derribar un cuarto, un baño y la cocina, para transformar su hogar en un gran living para los animales. Desde entonces, desde que empezó a vivir en una casa sin un horno ni ningún elemento para preparar comida, Karina Milei se encargó de poner el plato arriba de la mesa. Literalmente, fue la hermana menor quien le llevaba la comida casi a diario.