
BBC
Kiev ya no parece una ciudad en guerra como hace tres años. Los comercios están abiertos y los viajeros se quedan atascados en el tráfico camino del trabajo. Pero desde el 12 de febrero de este año, cuando el presidente estadounidense Donald Trump llamó a Vladimir Putin para enviarle un abrazo político de 90 minutos desde la Casa Blanca al Kremlin, las viejas pesadillas de extinción nacional de 2022 han regresado.
Los ucranianos solían enfadarse por la forma en que el presidente Joe Biden retenía los sistemas de armas y restringía el uso que Ucrania hacía de los que llegaban aquí. Aun así, sabían de qué lado estaba.