La mala leche de Daniel Roy Gilchrist Noboa Azín, presidente de Ecuador, parece no tener medida.
Pero, el coraje para resistir, de María Verónica Abad Rojas, la vicepresidenta, tampoco.
Como dice ella, solo falta que la maten, por no someterse a los caprichosos deseos de Noboa.
Con la prepotencia de quien hereda muchos millones de dólares de su papá, Álvaro Noboa, el presidente ha ideado mil y más maniobras para obligar a renunciar a la vicepresidenta.



