
Israel lanzó al menos 85 toneladas de explosivos de muy alto poder para asesinar en Beitur (Líbano) al líder de Hezbollá, Hassan Nasrallah.
Fuentes militares israelíes dijeron que en la andanada de bombas se utilizaron unas 85 bombas denominadas "antibúnkeres".
Estos misiles también conocidos como "municiones de penetración terrestre", pues se hunden profundamente en el suelo antes de detonar y pesan entre 900 y 1800 kilos cada uno.