
La pacífica y bucólica Tunja es hoy escenario tormentoso de una guerra fría contra el alcalde Mikhail Krasnov, nacido en Saratov (Rusia), pero nacionalizado colombiano.
La guerra, en la que las principales armas de los opositores de Krasnov son amenazas contra sus funcionarios, entre ellos dos secretarias del gabinete, obligó a Krasnov a plantarse contra sus enemigos.