
En un hecho sin precedentes, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) imputó actos de tortura a 39 exmilitares, entre ellos a cuatro generales en retiro.
Además de desapariciones y homicidios presentados como bajas en combate, conocidos como falsos positivos, pero en realidad ejecuciones extrajudiciales, la JEP añadió tortura a los cargos contra los generales Óscar Enrique González Peña, Luis Roberto Pico Hernández, Jorge Ernesto Rodríguez Clavijo y Juan Carlos Piza Gaviria.