Con alcaldes como Jorge Enrique Acevedo Peñaloza no hay por qué preocuparse. Absilutamente de nada.
Ni siquiera en Cúcuta, la quinta ciudad del país, acorralada por la guerra subvsersiva y narcotraficante, bajo toque de queda y refugio de miles de personas bajadas de Catatumbo.
Para Acevedo, una situación dramática como esa es un simple retozo democrático.



